La tabla de cribado de TEA que revela si es necesaria la derivación del paciente para «pruebas más complejas»​

De acuerdo con la Federación Española del Autismo, el trastorno del espectro del autismo (TEA) es «una condición que implica un desarrollo diferente del sistema nervioso que se inicia en etapas tempranas, antes del nacimiento, y tiene un origen biológico». En la actualidad, se estima que más de una de cada 100 personas tienen autismo, aunque algunos estudios indican que esta cifra podría ser mayor. Así mismo, esta patología se manifiesta, principalmente, en dos áreas fundamentales: en la socio comunicación y en el área de intereses, actividades y perfil sensorial.

Por ello, los profesionales que trabajan con personas que padecen de autismo han desarrollado una tabla de cribado que permite obtener valores iniciales que revelan e indican «si es necesaria la derivación del paciente para pruebas más complejas«, como ha compartido Enrique Aliaga, Psicólogo General Sanitario (PGS) en su perfil de plataformas digitales. Esta herramienta es esencialmente útil en niños, ya que esta trastorno puede comenzar a manifestarse «en torno» a los doce meses de edad, según la Federación Española de Autismo.

Tabla de cribado del TEA

La tabla de cribado para el Trastorno del Espectro Autista (TEA) se entiende como una herramienta orientada a identificar los primeros síntomas de esta patología y obtener valores iniciales que permitan decidir, con conocimiento de causa, si es necesaria la derivación del paciente a una serie de «pruebas más complejas» para un diagnóstico más certero. Así mismo, este documento identifica tres niveles sobre la intensidad del síntoma, siendo 0 (inexistente), 1 (leve), 2 (moderado) y 3 (intenso).

Del mismo modo, la tabla hace una diferenciación entre las distintas esferas sociales, la intensidad del síntoma y los comentarios a aportar por el profesional. Así, hace referencia a las interacciones sociales, al proceso de comunicación verbal y no verbal, a comportamientos repetitivos o intereses restringidos, procesamiento sensorial, desarrollo cognitivo, conducta adaptativa, respuestas emocionales, juegos y actividades recreativas, capacidad de imaginación y, finalmente, la historia familiar y médica.

Tabla de cribado TEA
Tabla de cribado TEA

Finalmente, el profesional que trabaje con el menor será el encargado de rellenar esta tabla, en base al comportamiento del paciente, para dictaminar si es necesaria la derivación para pruebas más severas y que permitan ofrecer un diagnostico más fiable sobre la afectación del trastorno autista en cada caso particular. Esta tabla de cribado del TEA se ha perfilado como una herramienta muy útil para trabajar con menores que sean susceptibles de estar afectados por autismo y, además, permite su reconocimiento en edades tempranas, lo que también favorece la rápida intervención para paliar las secuelas.

¿Cómo y cuando detectar el TEA?

Tal y como expone la Federación Española de Autismo, «el diagnóstico de TEA se realiza en base a la conducta», por lo que es importante estar atento y observarla. Así mismo, existen algunos indicadores que nos pueden hacer sospechar de la posible presencia autismo en un paciente en según que tramos de edad. Cuando más temprano se identifique el posible trastorno, antes se podrá comenzar a trabajar la Atención Temprana para paliar y reducir, en la medida de lo posible, las posibles secuelas en materia socio comunicativa.

De este modo, en torno a los doce meses de edad, los profesionales ponen de relieve los siguientes síntomas como «posibles» causas de padecer TEA:

  • No dice palabras sencillas como “mamá” o “papá”
  • No aprende a usar gestos como saludar o despedirse con la mano.
  • No señala cosas que le interesan o no las muestra
  • No responde al nombre o parece no entender cuando se le pide algo sencillo.

No obstante, aunque las dificultades están presentes desde edades tempranas, en ocasiones, no es hasta la entrada en la primaria cuando éstas se empiezan a detectar. Así mismo, entre los 18 y los 30 meses de edad, los facultativos optan por las siguientes características:

  • No tiene juegos sencillos imaginativos
  • No tiene un repertorio de al menos 6 palabras que usa de forma individual a los 18 meses, ni hace combinaciones de 2 palabras en torno a los 24 meses.
  • No imita cosas sencillas que hacen los demás.
  • No muestra interés de alguna manera por otros niños o por jugar a juegos sencillos con adultos
  • Tiene dificultades para responder a su nombre o mirar a los ojos del adulto.
  • Hace movimientos peculiares con las manos o el cuerpo. Le molestan sonidos cotidianos.
  • No señala cosas que le resultan interesantes o no responde cuando un adulto le señala cosas a él/ella.
  • No parece estar muy atento a las reacciones del adulto

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