¿Tienes una moneda de un céntimo de euro? Quien no va a tener como mínimo, esta cantidad de dinero. La cantidad sí, pero repetimos, ¿Tienes una moneda de este valor? Y es que se trata de la pieza de menos valor de todas las disponibles en la divisa de los euros. Es por ello, que a menudo es la más despreciada, hasta tal punto, que es esa moneda que ves en el suelo y no coges, o que te van a devolver y dices que «no hace falta», o que dejas relegada en el fondo del cajón… Hasta hoy. Porque vas a cambiar la forma de ver esta pieza.
Existe un modelo de moneda de un céntimo, que los amantes de la numismática han puesto en su punto de mira hasta tal punto, que están dispuestos a pagar hasta 50.000 euros. ¿Te imaginas poder dar la entrada para la casa de tus sueños por solo un céntimo? Piensa tu deseo más ambicioso, y podrás dejar de ahorrar para ello, porque si tienes el ejemplar de un céntimo más buscado por los coleccionistas, podrás hacer realidad lo que te propongas. ¿Una casa? ¿Un coche? ¿La vuelta al mundo por todo lo alto? Piensa en grande porque podrás conseguirlo.
Moneda de un céntimo por la que pagan hasta 50.000
La misma tiene su origen en Alemania. Y fue lanzada al mercado hace más de dos décadas, en concreto, en 2002. Antes de entrar en los detalles que la hacen tan valiosa como para inflar su valor a miles de euros, conviene describir cómo es.
Para empezar, todas las monedas de un céntimo de euro que circulan por la Unión Europea (UE) tienen un diámetro de 16,25 milímetros, un grosos de 1,67 milímetros, y un peso de 2,30 gramos.
Las mismas están hechas de acero recubierto de cobre. Por una de sus caras, todas tienen los mismos elementos. Es decir, el número 1, y la bola del mundo con el continente europeo en primer plano. En la otra cara, y en el caso de Alemania, tiene un rama de roble, que simboliza la estabilidad, y las doce estrellas de Europa.
De entre todas las monedas fabricadas en Alemania en el citado año, hay una que destaca sobre las demás. La misma fue diseñada por el arquitecto de la Baja Sajonia Rolf Lederbogen.
Lederbogen murió en el año 2012. Por lo tanto, no ha podido saber el gran cambio que ha dado esta moneda que nació gracias a su enorme imaginación y que, por su escasez, se ha convertido en un artículo extremadamente valioso, Y es que existen muy pocos ejemplares de esta moneda tan particular en el planeta.
En Alemania, las monedas llevan el año de fabricación y unas letras que corresponden con la casa de la moneda que la fabrica: la ‘A’ para Berlín; la ‘D’, para Munich; la ‘F’, para Stuttgart; la ‘G’, para Karlsruhe; y la ‘J’, para Hamburgo.
Pero, además, hay una variante: la ‘KMB’. La misma es diferente respecto a las otras por un detalle concreto. Y es que el grabado de la cara nacional es un 10% más pequeño. Un tesoro buscado en todo el mundo que vale su peso en oro.