Anabel Domínguez es una joven influencer con discapacidad. En esta ocasión, Anabel ha compartido una interesante reflexión personal sobre la belleza, la discapacidad y cómo aceptar un cambio significativo en la vida de cada persona.
Para muchas personas, como le ocurrió a Anabel, no es fácil aceptar un cambio de vida radical debido a una discapacidad sobrevenida. Cada persona necesita su proceso para aceptar su nueva vida y adaptarse a su nueva situación.
Anabel tiene distrofia muscular de cintura
Anabel Domínguez (‘No soy lo que ves’, en redes sociales) cuenta con más de 124.000 seguidores en Instagram. Precisamente, Anabel creó hace un año el movimiento ‘No soy lo que ves’, un proyecto personal a través de sus redes sociales, conferencias y charlas en las que visibiliza la discapacidad. Además, también ha publicado un libro titulado ‘No soy lo que ves’.

Esta joven con discapacidad nació en Gelves, un pueblo de Sevilla. Desde muy pequeña convive con una distrofia muscular de cintura, una enfermedad degenerativa que provoca la pérdida progresiva de masa muscular.
Desde pequeña fue consciente de que tenía esta enfermedad, ya que sus padres nunca se lo ocultaron. A partir de la adolescencia empezaron a aparecer los signos de esta enfermedad, que le generan pérdida de movilidad.
En una entrevista concedida hace un año, Anabel confesó que «sabes lo que hay, pero no quieres verlo, es más fácil apartarlo. Sé lo que es no tener discapacidad y pasar desapercibido, contar mi historia y esperar que la gente la creyera, porque no lo veían. Y sé también cómo cambia la actitud cuando lo ven, por completo, lo vivo todos los días. La gente no ve más allá de tu scooter o de que no puedes caminar. Tú eres la misma, pero siempre te tratan diferente».
La profunda reflexión de Anabel sobre discapacidad y belleza
Con todo ello, Anabel ha publicado una profunda e interesante reflexión a través de redes sociales, con la que a buen seguro se verán reflejadas miles de personas con discapacidad que han vivido una situación similar.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida de Anabel Domínguez (@nosoyloquevesoficial)
Inicialmente, Anabel comienza diciendo: «Qué difícil es aceptar que tu apariencia ha cambiado. En este mundo tan veloz, exigente, superficial y carente de amor por lo real. Donde se señala con el dedo salirse del estándar y donde se anhela la aceptación».
Después, añade que «yo un día fui ‘la chica guapa, en pie, con talla normativa, con todo en su sitio’ y me creí invencible solo por eso. Por pasar desapercibida, por agradar a la gente por mi apariencia y por llenar el espacio solo por la belleza de lo que los demás podían ver».
Seguidamente, expone cómo cambió su vida cuando llegaron los signos de su enfermedad y cómo cambió también la visión de las personas hacia ella. «Llegó la discapacidad y nadie me contó algo positivo de eso. Todo lo ‘bonito’ se esfumó o al menos así lo sentí. Me costó reconocerme en mi nueva vida, gustarme y sentirme bien en mi interior para florecer más allá de la norma», confiesa Anabel.
Para concluir, Anabel Domínguez defiende que «todo depende de mí, de cómo me percibo, de lo que doy que sale de adentro y de lo que soy capaz de demostrarme a mí y solo a mí. La perfección sí existe y está en cada mujer que habita este mundo. Porque la belleza no entiende de estándares, de medidas, de capacidades, solo de ese amor hacia el prójimo que está libre de exigencias, de reproches y de expectativas frustradas. Y porque me reconozco, me gusta lo que veo y acepto que hasta la flor más hermosa, tiene espinas».