En los casos de resolución de una incapacidad permanente, el trabajador debe tener en cuenta ciertos factores importantes. Por ejemplo, una de las cuestiones más frecuentes es qué ocurre en relación con la empresa cuando el INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) concede la pensión. Y es que muchos trabajadores piensan que la relación laboral finaliza de inmediato, pero no es del todo así.
Por el contrario, la normativa española contempla un proceso estructurado para determinar si esa persona puede seguir vinculada a la empresa, mediante ajustes o cambios de puesto. El abogado laboralista Pere Vidal ha contado cómo procede este trámite, aclarando los derechos y deberes tanto del trabajador como del empleador.
¿Qué pasa cuando se declara una incapacidad permanente?
Cuando la Seguridad Social reconoce una incapacidad permanente en grado Total, Absoluta o Gran Invalidez, la empresa recibe una notificación formal. Desde ese momento, el contrato del trabajador queda suspendido con reserva del puesto de trabajo si se ha previsto una posible revisión por mejoría.
Durante los siguientes tres meses, la empresa tiene la obligación legal de analizar si puede ofrecer una solución inclusiva. Para ello, debe evaluar posibles ajustes razonables en el puesto actual, comprobar si existen vacantes compatibles y consultar al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales (SPRL).
En cualquier caso, uno de los puntos más importantes que destaca el abogado Vidal es el plazo de 10 días naturales con el que cuenta el trabajador para comunicar por escrito si desea continuar en la empresa tras la resolución del INSS.
Si no se pronuncia en ese periodo, la empresa puede iniciar un proceso de extinción del contrato amparado en el artículo 49.1.n del Estatuto de los Trabajadores. Es decir, el silencio del trabajador durante los 10 días iniciales se interpreta como una renuncia a continuar.
¿Cuándo puede extinguirse legalmente el contrato?
Es importante tener en cuenta que, en caso de que un trabajador consiga la incapacidad permanente, la extinción del contrato sólo es posible en determinados supuestos. Estos son algunos ejemplos:
- Si no se pueden realizar ajustes razonables por suponer una carga excesiva para la empresa.
- Si no hay un puesto compatible disponible.
- Si el trabajador rechaza de forma injustificada un nuevo puesto adecuado.
Para considerar que los ajustes suponen una carga excesiva para la empresa se tienen en cuenta diversos factores, tales como el tamaño de la empresa, sus recursos económicos o el impacto de los costes frente a posibles ayudas públicas.
Si no se dan causas justificadas, la empresa debe optar por mantener al trabajador mediante ajustes o recolocación. La decisión definitiva debe tomarse dentro de los tres meses posteriores a la notificación de la incapacidad.